Lizeth Hernández Ciudad de México / 06.11.2025 10:00:01
La fragancia del pueblo de tu infancia, el perfume que usaba la abuela, la esencia que brota de las ollas cuando se mezclan las especias: son —según los cálculos de un artículo de la revista Science — parte del billón de aromas que la nariz puede distinguir . Todos, mensajes cifrados que se decodifican en el cerebro, donde la señal química se transforma en impulsos eléctricos.
Aunque el propio Charles Darwin llegó a menospreciar este sentido, no solo es el único en tener una conexión directa con las áreas donde nacen las emociones y los recuerdos , los estudios muestran que también podría ser clave para la evolución humana . De hecho, más de una investigación ha encontrado que, así como otros ani

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