CAMPECHE.- En Samulá, ese poblado que hace apenas unos meses se convirtió en sinónimo de hechos violentos —balazos por grupos delictivos, cateos y ajustes de cuentas—, hoy se respira algo distinto “calma”. El aire, antes tenso, ahora huele a tortillas recién hechas y el ruido de algunas patrullas que están al pendiente de campechanos.

Vecinos reconocen que el aumento de elementos policiacos ordenado por el gobierno estatal ha cambiado el ambiente y devuelto algo que parecía perdido: la sensación de seguridad.

A lo largo del año, esta zona ha sido escenario de varios enfrentamientos, algunos ligados desafortunadamente al narcomenudeo, pero los habitantes coinciden en que el 2025 podría cerrar con menos sobresaltos. “Al ir a la tienda se siente uno tranquila, por donde vayas, y tengo mi p

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