Por: Jaqueline Lares Chávez •

En Fresnillo, Zacatecas, donde la tierra roja parece guardar historias de esfuerzo y carácter, nació el 30 de enero de 1995 una figura del basquetbol que ha hecho del compromiso y la constancia su sello dentro y fuera de la cancha. Bryan Antonio Rivera Herrera, base de 1.88 metros de altura, encontró en el deporte no solo una vocación, sino una forma de vida que hoy lo conecta con la afición zacatecana y con las nuevas generaciones que lo miran como referente.

Su historia deportiva no se entiende sin su origen familiar. El baloncesto no fue una casualidad, fue un legado. “Nació por mi familia porque todos mis tíos, tías y mis papás siempre jugaron a este deporte y desde niño iba a verlos y ahí nació el amor por este deporte”, recordó Rivera en un dialogo c

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