Ganar. Eso es lo que el Real Zaragoza necesita a toda costa y de cualquier manera, por lo civil o por lo criminal, justa o injustamente. Pero ganar. Zeljko Obradovic es uno de los ganadores más destacados del deporte europeo en los últimos 40 años, primero como jugador, luego como entrenador. Desde el banquillo, el serbio ha sido campeón de Europa nueve veces con cinco clubs diferentes con unos métodos basados en un conocimiento colosal del baloncesto, en la genialidad táctica, la exigencia física y mental y una disciplina férrea, más propia de otros tiempos. Ahora las pieles se han hecho mucho más finas.

Obradovic es originario de Cacak, una ciudad de poco más de 70.000 habitantes al sur de Belgrado pero con una larguísima tradición en el mundo de la canasta. Allí nacieron el prop

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