Las horas posteriores de la victoria nacional de Javier Milei se vivieron con algarabía y también con buena dosis de alivio, principalmente en las filas de su hermana Karina Milei y de sus laderos incondicionales, los primos Martin y Eduardo “Lule” Menem.

Sabían que se trataba no sólo de un triunfo que los reposicionaba con suma fortaleza para la segunda parte del mandato “libertario”, sino que la estrategia electoral victoriosa del karinismo también generaría un efecto de sumisión de los otros sectores que integran el oficialismo.

Allí hubo un personaje que quedó en un segundo plano, y sin embargo se trató de uno de los máximos fortalecidos: Sebastián Pareja. Con más de 30 años de trayectoria en el barro de la política, este referente territorial tan pragmático como cuestionado ll

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