Lo que debió ser una fiesta terminó en caos y pánico. La violencia volvió a manchar al futbol mexicano y en esta ocasión fue previo al duelo entre América y Toluca en el estadio Nemesio Díez.
Las Águilas del América recibieron serenata ayer por la noche en su hotel de concentración, pero barristas del Toluca se infiltraron entre los seguidores azulcremas y la situación se salió de control.
Todo marchaba sin contratiempos, con fiesta música y cánticos para el equipo de André Jardine cuando los fanáticos de los Diablos Rojos comenzaron a arrojar piedras, botellas y pirotecnia, sin importar que había familias.
Los aficionados que se dieron cita corrieron sin sentido, buscaron refugio en el hotel y algunos confrontaron a los casi 80 aficionados mexiquenses que vistieron de

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