Una sola aplicación –en forma de inyección, tal vez unas gotas– podría ser suficiente para apagar la sobrecarga mental a causa del estrés, recuperar la estabilidad emocional y conservar la serenidad durante semanas. Sin medicación diaria, sin letargo o riesgo de dependencia. Ese es el horizonte que abre PA‑915, una nueva molécula desarrollada por investigadores japoneses que promete modificar de raíz la forma de tratar los desequilibrios emocionales. Una sola dosis logra restablecer la autorregulación del sistema nervioso y mantener sus efectos durante casi dos meses. Aunque no se trata de una vacuna en sentido estricto, su acción prolongada y su especificidad la han hecho conocida entre la comunidad científica como un prototipo de «inmunoterapia del estrés».
El trabajo, publicado en la

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