La crisis provocada por el cierre de gobierno (“shutdown”) en Estados Unidos ya comenzó a afectar los programas de asistencia social debido a los recortes aplicados por el gobierno de Donald Trump, y avalados por la Corte Suprema, en los tradicionales bonos que otorga el Ejecutivo.

El recorte perjudica a más de 42 millones de personas que dependen de esta ayuda para comprar alimentos. La falta de este subsidio ha empujado a miles de familias a recurrir a bancos de alimentos solidarios para alimentarse, agudizando una crisis humanitaria dentro del país.

La situación se ve agravada por los más de 900 mil trabajadores federales que han sido suspendidos temporalmente sin paga o que deben trabajar sin recibir su sueldo (personal de servicios esenciales). Estos empleados dependen ahora de la a

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