Los meses de otoño traen consigo gran variedad de cambios . Al llevarse el calor veraniego no solo cambia el clima, sino que con él, cambian las costumbres, los horarios e incluso la gastronomía, con una amplia oferta de productos de temporada que se pueden degustar esta época.
Pero si hay algo que es característico de esta recta final del año, y mucho más, en plena naturaleza, es la forma en la cambian sus colores. Muchos de los bosques se tornan en tonos anaranjados , amarillos, marrones, e incluso rojizos, las hojas caídas adornan el suelo y el paisaje pirenaico se transforma en un paraje otoñal perfecto al que acudir en busca de una escapada o una jornada al aire libre.
Mientras en las cumbres lucen ya las primeras nieves, en los bosques, continúa la paleta otoñal . Y, entre la

Diario del Alto Aragón
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