El valor residual de los vehículos se ha convertido en un factor estratégico en la gestión moderna de flotas . Ya no se trata solo de calcular el coste total de propiedad (TCO), sino de entender cómo cada kilómetro, mantenimiento y hábito de conducción influyen en el capital que una empresa puede recuperar al final del ciclo de uso.

La depreciación, que puede representar más del 40% del TCO , sigue siendo uno de los mayores desafíos para los gestores de flotas. En este contexto, la telemática ha dejado de ser una herramienta de control para convertirse en un verdadero instrumento de preservación del valor.

La digitalización de las flotas permite acceder a un volumen de información que antes desconocíamos. Cada trayecto o recarga genera datos que, correctamente analizados, se tran

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