No es la primera vez que, a sus ocho años, Mario Hernández tiene la oportunidad de conocer la ciencia de primera mano. Los dinosaurios, los planetas y los volcanes siempre han estado presentes en sus libros , sus dibujos y hasta sus pijamas. Pero su última visita a la Feria de la Ciencia de La Orotava le ha marcado.

Y es que no todos los días recibe un halago tan significativo como que puede llegar a ser «uno de los mejores astrofísicos de Canarias ». Con una sonrisa exultante y un fervor entusiasta, se acerca a su abuela, que lo vigila de cerca, para contarle sus hazañas en la carpa que el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha colocado en la céntrica Plaza de la Constitución , en la Villa.

Allí le han hecho comparar los espectros lumínicos de distintos elemen

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