Brandon Ingram, jugador de los Toronto Raptors, está en boca de todos en las redes sociales después de protagonizar un lamentable incidente en el partido que su equipo perdió la pasada madrugada ante los Philadelphia 76'ers. El alero se sentó en el banquillo frustrado por una jugada en la que había cometido una falta personal y tiró una botella al suelo por el enfado.
El problema está en que tras golpear contra el suelo, esta acabó en la cara de un auxiliar de los Sixers mientras se derramaba todo el líquido por el parqué y bañaba a su compañero Scottie Barnes. Ingram no pidió perdón a ninguno de ambos, pero es que tampoco ayudó a ninguno de los miembros del staff que tuvieron que limpiar con toallas el estropicio que había causado para que el partido pudiera continuar. Se quedó se

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