El Real Madrid se marchó de Vallecas con la sensación de que este equipo no termina de arrancar. Xabi Alonso compareció en rueda de prensa con gesto serio, consciente de que su equipo ofreció una de sus versiones más grises. Evitó cargar las tintas, pero el mensaje fue claro: el conjunto blanco atraviesa un momento preocupante y las dudas se multiplican.

Los blancos no funcionan y la sombra del pasado vuelve a sobrevolar el vestuario. Cada vez son más las voces que ven en este Real Madrid demasiados parecidos con el de Ancelotti del curso anterior: plano, previsible y sin chispa. En Anfield apenas tiraron cuatro veces a puerta, y en Vallecas sólo uno más. Cinco disparos que apenas inquietaron al Rayo y que reflejan el pobre bagaje ofensivo de un equipo sin mordiente.

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