El panorama del crimen organizado en México ha cambiado drásticamente en el siglo XXI. Lo que antes era un dominio de pocos cárteles ha evolucionado hacia una red fragmentada de microgrupos y células regionales que luchan por el control del territorio y los mercados ilícitos. Según un análisis del especialista Víctor Manuel Sánchez Valdés, entre 2000 y 2025 se han identificado al menos 40 organizaciones delictivas que surgieron de las divisiones internas de grandes cárteles como el Cártel del Golfo, el Cártel de Tijuana y el Cártel de Sinaloa. La violencia ha aumentado en los estados donde operan estas escisiones. Un caso reciente es el del Cártel de Sinaloa, que ha experimentado una guerra interna tras la supuesta traición de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, quien entregó a Ismael El Mayo Zambada a las autoridades estadounidenses en julio de 2024. Esta acción provocó un conflicto entre dos facciones: Los Chapitos, liderados por los hijos de El Chapo, e La Mayiza, encabezada por Ismael Zambada Sicairos, conocido como El Mayito Flaco. Desde entonces, ambos grupos han disputado territorios clave como Culiacán, Mazatlán, Sonora y Baja California. Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el promedio mensual de homicidios dolosos en Sinaloa aumentó de 39.4 casos entre julio de 2023 y junio de 2024 a 107.08 entre julio de 2024 y junio de 2025, lo que representa un incremento del 170%. Sin embargo, el 7 de octubre de 2025, el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, afirmó que los homicidios en Sinaloa habían disminuido en un 42%. Estas declaraciones fueron consideradas engañosas, ya que comparan diferentes meses de 2024 y 2025. A pesar de algunas reducciones en ciertos meses, la violencia ha aumentado considerablemente desde la traición de Los Chapitos, con la aparición de nuevos grupos como Los Cabrera y Guerreros Unidos. En septiembre de 2025, Sinaloa se posicionó como la cuarta entidad con más homicidios en el país, concentrando el 6.7% de los asesinatos a nivel nacional. La ruptura más emblemática en la historia del narcotráfico mexicano ocurrió en 2010, cuando el Cártel del Golfo perdió a su brazo armado, Los Zetas, que se independizó y desató una guerra que dejó miles de muertos en Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz. Esta separación marcó un cambio significativo en la forma de operar de los cárteles y en la violencia en el país, evidenciando la complejidad del problema del narcotráfico en México.