A nadie le amarga un dulce, pero si, además, tiene forma de milhoja, palmerita, tocino de cielo, borrachito o tarta de trufa y ha sido elaborado por Torre La Paz entonces el paladar de quien lo degusta se transforma en un paraíso de sabores. Con casi 50 años en activo , esta dulcería, ubicada en la calle Primo de Rivera del barrio Salamanca , se erige como una de las más antiguas de la capital tinerfeña, al llevar medio siglo elaborando pasteles y panes en el obrador de una empresa con solera que, desde hace menos de un año, cuenta con Alfonso González a su frente.

Este rincón de la confitura, que comenzó como un pequeño negocio familiar, tuvo años atrás hasta 90 empleados e incluso sucursales en otros puntos de la isla, pero con el paso del tiempo y los nuevos hábitos la producci

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