Santa Fe hace méritos para clasificar. Tenía que ganar en casa, con su gente, ante un Cali eliminado, era su obligación, no tenía de otra, y sin embargo el equipo se enredó hasta el último instante, como si así lo disfrutara más: minuto 96, la afición no se iba del estadio porque presentía que, como casi siempre, la épica estaba de su lado. Un gol de último momento, clamaban. Fue cuando apareció Harold Mosquera para hacerles caso e inventó el gol improbable, el que no se veía por dónde iba a llegar, el gol de la hazaña, el de la victoria 1-0, el que les da 28 puntos. El león vive.

Santa Fe sabía que este era su partido, que no había mañana, que le tocaba ganar sí o sí, no importaba el rival, si era Cali u otro, si era un Cali eliminado o uno vivo, si ganaba en el minuto uno o en el 96. Er

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