Investigadores de la University College London (UCL) demostraron que las mentiras egoístas tienden a intensificarse con el tiempo debido a una adaptación del cerebro.
El estudio, publicado en la revista Nature Neuroscience en 2016 , analizó la actividad cerebral de 80 voluntarios y halló que la amígdala —una región vinculada a las emociones— reduce su respuesta con cada acto de deshonestidad, lo que permite que las mentiras se vuelvan progresivamente más graves.
Durante el experimento, los participantes debían estimar la cantidad de monedas en un frasco y enviar sus respuestas a un compañero mediante una computadora. En algunos escenarios, podían beneficiarse económicamente si sobrestimaban o subestimaban las cifras, incluso cuando ello perjudicaba a su compañero.
Los investigadores obs

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