Las represas hidroeléctricas ubicadas en los ríos Limay y Neuquén parecen convertirse en otro caso emblemático del péndulo argentino. La concesión de las mismas expiró en 2023. Y desde allí, hubo una serie de “parches” para que siguieran funcionando, pero sin definiciones sobre las características de las concesiones y la duración de las mismas. Parecía que no había un gran interés en esos activos.
Sin embargo, el ministerio de Economía actual lanzó la licitación, con la expectativa de conseguir u$s 500 millones por la concesión de cuatro represas durante 30 años. A poco del cierre de los plazos originales para presentar ofertas, en el Gobierno olfatearon que el proceso no venía bien y que era mejorar hasta que pasen las elecciones.
La apuesta funcionó. El viernes se presentaron nueve ofe

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