El 6 de enero de 2025, cuando Brayan Navarro fue detenido por la Guardia venezolana, solo tuvo tiempo de mandarle un mensaje de WhatsApp a su mamá avisándole -en una frase- que estaba en manos de las autoridades.

Después de eso pasaron seis meses hasta que su familia volvió a escuchar su voz durante algunos segundos en una llamada cortada; y diez meses hasta que pudo volver a casa. La pregunta, tanto de él como de sus allegados, era la misma: ¿por qué?

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En diálogo con EL COLOMBIANO, su tía Yarileinis Navarro aseguró: “Su pecado o su delito fue creer que había un mejor futuro en Venezuela”. Brayan nunca había salido de Pueblo Bello, en César, hasta que le ofrecieron trabajo como chofe

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