Por estos días, el lanzamiento de Berghain volvió a poner a Rosalía en el centro de la conversación cultural en América Latina. Pero más allá del impacto inmediato en tendencias, el fenómeno revela algo más profundo: las audiencias jóvenes ya no se conforman con consumir contenido; quieren descifrarlo, explorarlo y participar activamente en su construcción.
Muchos artistas buscan coherencia en su personaje público, Rosalía elige transformarse. De la rebeldía hiperactiva de Motomami a un universo introspectivo, simbólico y cargado de referencias religiosas, la cantante propone un cambio de lenguaje que apuesta por la incertidumbre como herramienta de conexión.
Su estrategia no es la predictibilidad, sino el misterio: hacer del descubrimiento colectivo un nuevo valor cultural.
La respue

Diario de Occidente

Raw Story
Atlanta Black Star Entertainment