Durante semanas, las administraciones se llenan de colas, se agotan ciertos números "míticos" y reaparecen leyendas : pueblos donde siempre toca, ventanillas milagreras, bares que "reparten suerte" año tras año. La imagen es poderosa: loteros celebrando como en Manises tras repartir cientos de miles de euros, titulares sobre el "pueblo más afortunado de España" y anécdotas históricas que recuerdan que el país incluso estuvo cerca de meterse en un lío financiero por su pasión por la lotería navideña.

A esa tradición se suma la psicología del jugador, quien compra siempre el mismo número porque le representa, quien comparte décimos como ritual familiar o quien siente que este año tiene buen presentimiento. Sin embargo, mientras la cultura popular alimenta la idea de la buena estrella, ma

See Full Page