En plena costa occidental de Australia , a unos 140 kilómetros al norte de Perth, existe un pequeño pueblo llamado Cervantes . Apenas cuenta con 480 habitantes , pero su historia —y especialmente los nombres de sus calles— lo convierten en un lugar insólito y entrañable para cualquier español. Entre sus vías se encuentran nombres como Iberia, Barcelona, Pamplona, Cádiz, Málaga, Valencia o incluso Aragón Street.

A simple vista, podría parecer que sus fundadores eran grandes admiradores de Miguel de Cervantes o que el pueblo fue creado por emigrantes españoles. Sin embargo, la realidad es bastante distinta y tiene más que ver con la navegación que con la literatura.

Un barco, una tormenta y un nombre que cambió el mapa

En julio de 1844 , un barco ballenero estadounidense llam

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