En cuartos chicos, el desorden se nota más rápido. No es solo cuestión de estética: cada objeto sin “casa” ocupa aire visual y recorta circulación. El primer paso no es comprar cajas, sino decidir qué se queda y dónde va .
Medir cambia todo . Un croquis sencillo con alturas, anchos y aperturas (puertas, ventanas, enchufes) evita compras que no entran o repisas mal ubicadas. Con medidas claras, se detectan huecos: bajo cama, detrás de puertas, arriba de marcos.
La lógica vertical es aliada. Cuando el piso se agota, las paredes y el espacio alto dan margen para sumar guardado sin saturar. Estantes, módulos livianos y ganchos bien planificados despejan mesadas y mesas de noche.
Por último, piensa en mantenimiento. Sistemas complicados se abandonan; los simples perduran. Etiquetas disc

Clarín

The List
The Daily Beast
Ann Arbor News Sports