Cuarenta años después de la tragedia que borró a Armero del mapa, el antiguo municipio del Tolima sigue siendo un lugar que genera asombro, respeto y, para muchos, una sensación difícil de explicar. No es raro escuchar relatos de viajeros que aseguran que, al pasar por la zona, el GPS se desactiva , las rutas se confunden y, sin proponérselo, terminan adentrándose en el sitio donde alguna vez estuvo el pueblo.

Más allá de las anécdotas, hay una realidad: Armero no es un lugar como cualquier otro . Bajo la tierra cubierta de pasto y árboles descansan los restos de miles de personas, y el silencio del paisaje está cargado de historia. Lo que muchos describen como una “fuerza que llama” podría interpretarse como lo que realmente es: la presencia viva de la memoria .

Un territorio marc

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