"Aunque digan que estoy loco, te seguiré" , entonó un joven que esperaba, ansioso, la aparición de Franklin Graham en el estadio Vélez. El predicador evangélico estadounidense — cercano a Donald Trump y referente de la "guerra cultural" (sic) contra el progresismo — visitó Argentina con una misión: "acercar a Dios" a los fieles del cono sur y alentar a los cristianos a pasar a la acción. Pero también para encontrarse con el presidente Javier Milei, quien, según la visión de Graham, está convencido de que existe un factor divino que explica no solo el resultado de las elecciones de octubre sino su propia "misión" presidencial.

Franklin Graham no es cualquier pastor del ala protestante del cristianismo. Hijo de Billy Graham, un reconocido teólogo norirlandés que fundó una d

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