El Palacio de Bellas Artes es el recinto que separa lo excepcional de lo histórico. Y en 1990 , Juan Gabriel cruzó esa línea, marcando un hito en la música de nuestro país. Su concierto no sólo transformó su carrera: abrió un debate nacional sobre quién merecía pisar ese escenario y quién no.

Mientras "el Divo de Juárez" conquistaba Bellas Artes entre polémicas, huelgas amenazadas y el rechazo de intelectuales conservadores, un artista miraba desde afuera con la misma ambición: Luis Miguel .

A mediados de los años 90, Luis Miguel vivía uno de los momentos más brillantes de su trayectoria. Venía del éxito rotundo de su albúm "Romances", había ganado premios internacionales y se encontraba celebrando dos décadas en los escenarios.

Se cree que "el Sol" estaba convencido de

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