Por: Wilmer Fernández, director de Cutivalú
Hace una semana la ciudad de Piura amaneció inundada por, más que intensa, una persistente lluvia de 10 horas. No fue una lluvia que debiera preocupar a la población si la ciudad, en términos arquitectónicos, estuviera diseñada y construida adecuadamente, es decir, con drenajes y otros canales que conduzcan el agua al río y con viviendas construidas fuera de zonas inundables. No fue así. La lluvia afectó a viviendas, colegios y comercios en áreas como Castilla, Veintiséis de Octubre y el centro de Piura.
Los Sistemas Alternativos de Recolección y Evacuación de Aguas de Lluvia (SARE) no funcionaron. El día miércoles, además de tener abundante agua empozada en varias calles de la ciudad, lo cual generó incomodidad a transeúntes y transportistas,

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