La digitalización de las obligaciones previsionales argentinas avanzó a paso firme durante la última década, pero fue el sistema Aportes en Línea el que terminó de sellar la transición de los papeles a la nube. Hoy cada alta, modificación o pago queda registrado en servidores que conversan de forma directa con ARCA (ex-AFIP), ANSES y las obras sociales, sin margen para tachones ni excusas de “papeles traspapelados”.

En ese ecosistema, un error mínimo —un número de CUIL mal tipeado, una categoría sin actualizar— no solo genera inconsistencias contables; también puede privar a una persona de cobertura médica o disparar multas que desgastan la relación con los organismos de control. Por eso, gestionar los aportes en línea con prolijidad ya no es asunto exclusivo del área contable: impacta

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