La presidenta Claudia Sheinbaum dijo el sábado que gobierna sin "parafernalia" y puso como ejemplo que su seguridad depende de 10 jóvenes de la ayudantía. Políticamente suena bien; en materia de seguridad, es una decisión peligrosa.
10 personas no bastan para protegerla. En un país donde la delincuencia organizada dispone de armamento de guerra y redes de inteligencia propias, y el ambiente político está lleno de opositores radicalizados contra la presidenta, un equipo tan reducido apenas alcanza para acompañarla físicamente, no para garantizar su integridad. Los especialistas en protección ejecutiva coinciden: se requieren entre 60 y 120 elementos entrenados, distribuidos en tres anillos —protección inmediata, control de entorno e inteligencia preventiva— para cubrir adecuadamente a una

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