Nueva York acaba de experimentar uno de los acontecimientos culturales más trascendentales del año, el cual, curiosamente, no se trata de una apertura ni de una inauguración sino todo lo contrario, de un cierre: la clausura hasta 2030 del Cantor Roof Garden en la azotea del Museo Metropolitano de Arte (MET), la icónica terraza que durante décadas ha permitido a sus habitantes apreciar hermosas vistas de la ciudad mientras respiran el prístino aire de Central Park. Un lustro de obras estructurales que le permitirá a esta prestigiosa institución reflexionar en silencio sobre la clase de museo que quiere ser en el futuro. Una decisión para nada baladí que podría marcar la línea editorial para el resto del gremio.

El fin de semana anterior a la fatídica fecha en la que se echaría temporalment

See Full Page