El emporio de Gamarra no solo mueve 180 millones de dólares anuales en ventas y da trabajo a 100 mil personas, también es un infierno para el transporte y el peatón. Ante ello, un grupo de estudiantes de arquitectura ganaron un concurso para mejorar la zona con áreas verdes, vías peatonales y miradores.

La propuesta principal es la creación de un corredor de seguridad mediante una peatonalización inteligente, que utiliza plataformas elevadas o corredores definidos para establecer de manera segura y fluida los accesos y circulaciones de las personas separadas del tráfico y las vías del tren. Este enfoque no solo organiza y apoya el comercio, sino que previene accidentes y facilita el control, lo que se traduce en una reducción significativa de la percepción de riesgo en la zona.

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