En 1987 Alan Moore había puesto patas arriba el cómic norteamericano con dos obras maestras, La Cosa del Pantano y Watchmen, que poco después darían origen al sello Vértigo de DC Comics, con títulos más enfocados a los lectores adultos.

Entonces, los cazatalentos americanos dirigieron sus miradas a Gran Bretaña en busca de nuevos talentos que siguieran la misma línea. Y descubrieron al escocés Grant Morrison , que por aquel entonces publicaba Zenith en la revista 2000 AD .

Como a todos los novatos a Grant se le encargó una serie protagonizada por un personaje secundario que llevaba años prácticamente desaparecido del mapa, Animal Man , un superhéroe capaz de utilizar los poderes de los animales.

Pero Morrison se lo tomó como un desafío y se propuso dinamitar las bases de

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