BAGDAD (AP) — Los iraquíes acudieron a las urnas el martes para votar en unas elecciones parlamentarias marcadas por una estricta seguridad y el boicot de un importante bloque político.
Un total de 8.703 centros de votación estaban abiertos en todo el país para las elecciones generales. Los miembros de las fuerzas de seguridad y las personas desplazadas que viven en campamentos emitieron sus votos en la votación anticipada el domingo.
La participación fue escasa en las primeras horas del martes en los centros de votación visitados por periodistas de Associated Press. Se esperaban los resultados iniciales el miércoles.
Sólo 21,4 de un total de 32 millones de votantes elegibles actualizaron su información y obtuvieron tarjetas de votante antes de las elecciones, un descenso respecto a las últimas elecciones parlamentarias en 2021, cuando alrededor de 24 millones de votantes se registraron.
Las elecciones se celebran en un contexto de cambios importantes en la región durante los últimos dos años, incluidos los conflictos en Gaza y Líbano tras los ataques liderados por Hamás el 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel, la guerra entre Israel e Irán en junio y la caída del presidente sirio Bashar Assad en diciembre pasado.
Mientras tanto, Estados Unidos incrementa la presión sobre el gobierno iraquí para frenar la influencia de las facciones armadas alineadas con Irán, algunas de las cuales tienen candidatos en la votación del martes.
El popular Movimiento Sadrista, liderado por el influyente clérigo chií Muqtada al-Sadr, boicoteó las elecciones. El bloque de Al-Sadr ganó el mayor número de escaños en las elecciones de 2021, pero luego se retiró tras negociaciones fallidas sobre la formación de un gobierno, en medio de un enfrentamiento con partidos chiíes rivales. Desde entonces, ha boicoteado el sistema político.
A la entrada de Ciudad Sadr, un extenso bastión del movimiento sadrista a las afueras de Bagdad, la seguridad era notablemente más estricta que en otras partes de la capital iraquí. Las fuerzas especiales iraquíes y la policía federal se desplegaron por toda el área, con vehículos blindados y Humvee estacionados a lo largo de las carreteras principales, tripulados por soldados fuertemente armados.
Un gran cartel mostraba a Al-Sadr vistiendo uniforme militar y sosteniendo un arma, con las palabras: "Mi pueblo en Ciudad Sadr está boicoteando". En una calle principal de Ciudad Sadr, todas las tiendas estaban cerradas y los carteles de los leales a Sadr asesinados cubrían las paredes.
Los centros de votación estaban abiertos pero casi completamente vacíos. En uno de ellos, que atiende a 3.300 votantes, el director del centro, Ahmed al-Mousawi, dijo unas horas después de iniciada la votación que menos de 60 personas habían votado.
"El boicot sadrista ha tenido un gran impacto", expresó. "En elecciones anteriores, solía haber largas filas desde las primeras horas de la mañana, pero hoy la diferencia es dramática".
Sabih Dakhel, un votante de 54 años que acudió con su esposa, dijo que habían decidido votar con la esperanza de que los nuevos funcionarios electos pudieran mejorar las condiciones de vida para personas como ellos.
"Pudimos votar libremente hoy, pero el boicot sadrista ha afectado profundamente la participación", manifestó Dakhel. "Ciudad Sadr se siente casi como un confinamiento debido al llamado de Muqtada al-Sadr para que sus seguidores se queden en casa".
Los resultados de las elecciones también podrían enfrentar desafíos legales. El jefe del Consejo Judicial Supremo de Irak escribió en un comunicado publicado en el sitio web del consejo que la fecha de las elecciones fijada para el martes es inconstitucional, señalando que la votación estaba originalmente programada para el 24 de noviembre.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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