Los personajes gordos han descendido al 6,17% en cine y al 7,04% en ficción seriada. El dato, que supone un descenso de apenas unas décimas en comparación con el análisis realizado el año pasado , sigue evidenciando el nulo crecimiento en diversidad de la ficción audiovisual producida en este país. La presencia de cuerpos no normativos se sitúa en un 9,19% en películas y en un 9,21% en series, alcanzando así un equilibrio de representación que sigue muy lejos de la realidad.

Así lo ha revelado el nuevo  Informe sobre gordofobia en la ficción audiovisual nacional  elaborado por el Observatorio de la Diversidad de Medios Audiovisuales (ODA), que desvela la falta de inclusión de personajes con cuerpos disidentes. La muestra tomada para la realización del estudio incluye aquellas películas y temporadas de series españolas estrenadas a lo largo de 2024, la misma base de datos de la que parten en su análisis de representación de las personas LGBTIQA+, racializadas y con discapacidad en las ficciones audiovisuales nacionales.

Mientras que en la ficción las diversidades corporales no están presentes ni en el 10% del total de los personajes, lo cierto es que la cifra es mucho mayor, al menos en el caso de las personas gordas. La Encuesta de Salud de España 2023 indica que el 15,2% de los hombres y el 15,1% de las mujeres tienen obesidad, mientras que el sobrepeso afecta al 47,1% de los hombres y al 32,9% de las mujeres. “No deja de ser interesante que el 62,3% de los hombres y el 48% de las mujeres no encajen dentro de la normatividad corporal bajo parámetros médicos”, señala ODA.

Diferencias según el género audiovisual

El informe de ODA revela que hay una división notable entre gordura y otras corporalidades respecto al género audiovisual de las producciones. Los personajes gordos se condensan porcentualmente, sobre todo, en comedia, particularmente en el cine, donde suponen el 10,03% del total en este género. En series, por su parte, son el 7,14%. “Esto lo asociamos a la relación tan estrecha que las corporalidades gordas han tenido con el humor de manera tradicional, pues, como hemos explorado en otros informes, la gordura se convierte en foco de burla”, resalta el análisis. Aun así, hay un descenso con respecto al año pasado.

Asimismo, respecto a otros cuerpos no normativos, estos personajes están bastante repartidos en las películas, aunque se concentran en especial en comedia dramática (6,86%), aventuras (6,06%) y terror (4,76%). En series, sin embargo, están más presentes en suspense (3,73%) y en comedia dramática (3,33%), pero con porcentajes mucho más bajos que los que encontramos en el cine. ODA destaca el hecho de que géneros especulativos como la fantasía y la ciencia ficción, que “deberían animar a imaginar mundos” donde toda la población esté presente y representada, sean los que más sufren estas ausencias.

Por otro lado, este año también ha habido un pequeño descenso de los personajes con trama propia, ya que solo el 44,77% de las corporalidades disidentes la tienen, cuando en el último informe la cifra era del 45,71%. Pero ojo a la diferencia evidente entre ambos medios: mientras que en películas el porcentaje es del 37,14%, en series llega al 50%. “Suponemos que esta diferencia puede deberse al mayor espacio con el que cuenta la ficción seriada para desarrollar sus tramas y personajes”, subraya ODA, “pero creemos que también ha influido la incorporación en series de personajes con otras corporalidades disidentes con relevancia en las narrativas”.

La presencia no significa relevancia

También se observa que, en cine, tienden a tener trama propia más otras corporalidades (43,40%) que los personajes gordos (34,04%). Lo mismo ocurre en series, donde el 58,33% de otras corporalidades tienen trama propia frente al 47,44% de los personajes gordos. En ambos casos, la diferencia es de alrededor del 10%, lo cual indica un sesgo a la hora de tratar los distintos cuerpos en pantalla, según destaca ODA. Además, se evidencia que los personajes con corporalidades disidentes, especialmente si son gordos, tienen menos relevancia en la trama que los personajes hegemónicos.

El año pasado se incorporó una nueva herramienta de análisis, el Test Divine, que permitió “profundizar en cómo aparecen representados los personajes con corporalidades disidentes en la ficción audiovisual”, inspirada en el Test de Vitto Russo y en homenaje a la artista drag Divine, de quien toma el nombre. Esta misma herramienta revela ahora que los personajes con corporalidades disidentes están muy supeditados a su corporalidad, de manera que aparecen estereotipados tanto en las películas como en las series.

Esta brecha ha aumentado respecto a 2023, pues si en cines pasaban el Test Divine el 24,29% de los personajes con corporalidades disidentes, este año solo lo hacen un escaso 14,29%. En ficción seriada la cifra se mantiene sin apenas cambios, pues el 19,75% de 2023 se convierte en un ligeramente menor 18,63% en 2024. Aun así, en general, son las series las que profundizan más en los personajes con diversidad corporal, aunque las cifras tampoco es que sean elevadas.

Selección de roles con prejuicios

Por otro lado, más allá de las historias, existen narrativas metatextuales que también muestran prejuicios hacia la gordura. ODA apunta a que “se sigue premiando que intérpretes de renombre cambien de peso para encargarse de determinados papeles”: “De ahí que la promoción de Marco se haya centrado en parte en cómo Eduard Fernández engordó 16 kilos para interpretar a Enric Marco”. El informe menciona igualmente a Hovik Keuchkerian, que igualmente habló sobre cómo tuvo que coger más de 20 kilos para su rol en El Hoyo 2 .

“Es habitual en medios alabar las transformaciones corporales, particularmente de hombres, pero sería interesante empezar a cuestionar por qué no contratar a una persona que ya está gorda para estos papeles”, declara ODA. “Por supuesto, la trayectoria de los actores es fundamental a la hora de seleccionarlos, pero la ausencia de figuras de renombre gordas evidencia que no todos los cuerpos tienen las mismas oportunidades”, agrega.

Otro de los títulos que se mencionan en el informe es La virgen roja de Paula Ortiz, “donde la gordura de las dos protagonistas, también figuras históricas, es ignorada al contratar a dos actrices dentro del canon estético actual”. La ficción seriada, por su parte, tiene un porcentaje similar al del cine, ya que hay un 9,21% de personajes con cuerpos diversos en todo un año de ficción, lo que implica un crecimiento igual de grande en relación a 2023, donde estos suponían el 8,41% del total. El crecimiento porcentual, no obstante, viene muy condicionado por el aumento de hombres con corporalidades no hegemónicas, pues ellos suponen el 61,54% de todas las corporalidades disidentes en series.