La fecha es 1983. Mientras en la pantalla grande las audiencias se maravillaban con Star Wars: El Retorno del Jedi o Blade Runner de Ridley Scott, en el Sunset Strip se gestaba una revolución tan ruidosa como inesperada. El glam metal saturado de laca, maquillaje y con un brillo de espectáculo que no se veía desde la escena británica, estaba listo para tomar por asalto la cultura popular.

El vehículo de esta explosión no fue ninguna de las superbandas que dominaban las listas (como Mötley Crüe o Def Leppard ) sino un grupo de inadaptados de la escena de L.A. que había estado a punto de colapsar: Quiet Riot.

El 26 de noviembre de 1983, se selló un hito histórico que redefinió la industria musical y abrió las puertas a toda una década de pelo largo y excesos. En esa fecha, el

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