En el FC Barcelona se avecina un momento delicado en su vestuario. La llegada de Marcus Rashford parecía un impulso positivo: gol, asistencias y dinamismo. Pero también ha generado tensión interna . Y ahora, con la recuperación de Raphinha , las cosas se complican.

El brasileño es clave. Cuando Raphinha está disponible, el Barça cambia. Su presión alta , su intensidad y su manera de entender el juego hacen que el equipo funcione mejor. La posesión se transforma en ataques verticales ; la defensa rival siente la presión más arriba. Sin él, el equipo pierde ritmo y fluidez .

El regreso de Raphinha crea un conflicto con Rashford y Flick

El problema nace en la rotación . Rashford no entiende ni acepta perder protagonismo. Se siente imprescindible y cree que el puesto

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