China se ha consolidado como uno de los motores de la inteligencia artificial, tanto en adopción como en integración de nuevas funciones, pero el balance económico cuenta una historia distinta. Su ecosistema crece hacia fuera, no hacia arriba: acumula uso, pero no ingresos. Esa divergencia entre escala y retorno, cada vez más visible en los datos comparados, explica por qué el reto principal de la IA china no está en cuánto invierte, sino en cuánto consigue ingresar.

Las cifras y tendencias que utilizamos proceden de fuentes que trabajan con series de datos actualizados: el seguimiento de inversión global de Stanford University y el informe de Tech Buzz China junto a Unique Research , que examina el desempeño de productos y compañías chinas durante 2024 y 2025. Su combinación permite

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