Por Mireya Álvarez

Con manos que tejen historias y colores que hablan de identidad, un grupo de artesanos de diversos estados de la República Mexicana llevó la esencia de su tierra al corazón de Texas durante el “Primer Festival del Condado de Webb”, un encuentro cultural que celebró la hermandad entre México y Estados Unidos.

Provenientes del Estado de México, Zacatecas, Tamaulipas, Veracruz, Michoacán y Oaxaca, entre otros, los artistas populares transformaron el recinto texano en una galería viva de tradiciones, donde cada stand fue una ventana abierta a los saberes ancestrales de sus comunidades: barro moldeado con paciencia, textiles bordados a mano, calzado de piel y prendas mazahuas que deslumbraron al público por su riqueza cromática y su carga simbólica.

Más allá de la belleza

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