Al calor de una competencia que parecía dormida, el crédito hipotecario volvió a ganar lugar en la conversación cotidiana . En los últimos días, varias entidades ajustaron sus líneas en UVA a la baja, ofrecieron plazos más largos y reabrieron el acceso para familias con ingresos formales.

El movimiento no es uniforme, pero marca una tendencia: con tasas algo más amigables, el problema deja de ser si “existe” o no el crédito y pasa a ser cómo comparar opciones, comprender su letra chica y decidir si es el momento de entrar o si conviene esperar.

“Desde la crisis que veníamos teniendo con el tipo de cambio, las tasas de interés se habían ido por las nubes. El Gobierno apuntó a un ‘apretón monetario’: por un lado, los bancos tenían que mantener más plata inmovilizada en el Banco Centr

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