Cuando los astronautas de la misión Apolo XI volvieron de su paseo por la Luna trajeron consigo diversos materiales para poder estudiar mejor la composición de nuestro satélite. Los más comunes, en forma de rocas lunares y polvo de su superficie, son los más famosos, pero no fueron los únicos. Junto a ellos viajaban también una colección de pequeñas esferas de vidrio naranja y negro que, desde 1969 habían sido un completo misterio para la NASA y sus científicos.
Ahora, gracias a los avances de la tecnología, su enigmático origen ha quedado resuelto. Las esferas de vidrio naranja de la Luna están estrechamente relacionadas con todas esas cuevas lunares que planean explorarse en un futuro cercano. Tanto unas como otras se formaron hace 3.300 millones de años, cuando el satélite mostraba un

Entre Lineas
New York Post Video
Daily Kos
AlterNet
Just Jared