En el escenario, la risa de Brincos Dieras retumba como trueno, su energía parece inagotable y su picardía rompe cualquier formalidad.

Brincos Dieras, el payaso más irreverente de México, celebra tres décadas de hacer reír con un estilo único, desbordante de improvisación, desparpajo y un toque de ternura escondida tras la pintura blanca. Pero detrás del personaje que grita “¡Chamoy!” con orgullo, está Roberto Oliva, un hombre que conoció el trabajo duro , la humildad y la gratitud mucho antes de conocer la fama.

El 11 de diciembre, la Arena Ciudad de México será testigo de su gran celebración: 30 años de carrera en los que ha pasado de actuar en fiestas locales a llenar recintos en todo el continente.

Su historia podría parecer una película mexicana de las de antes, de esas dond

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