En una casa antigua de Sarrià, Alejandra Rumeu Claret despliega con naturalidad su mundo en una vivienda que sus padres restauraron con mimo pero sin artificio. Allí conviven lámparas de lágrimas, diseños de Miguel Milá, libros heredados de la estantería familiar de los Godó y muchos juguetes y cuentos infantiles. Fundadora de la firma de alta joyería Leandra, madre de tres hijos y heredera de una de una innegable elegancia, Rumeu ha construido un proyecto que funde creatividad, visión empresarial y un profundo arraigo familiar.

Tras una década en el departamento de e-commerce de Massimo Dutti, donde vivió el inicio digital de una de las grandes marcas del grupo Inditex —“era como dirigir una empresa dentro de otra”—, el nacimiento de su segunda hija en plena pandemia le cambió las priori

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