“En dos meses, he pasado de dar solo paseos a engancharme con el ejercicio de fuerza”, admite Montse Ibáñez, de 60 años, hasta hace poco sedentaria. “ Ya no me duele la espalda , me siento más fuerte, de buen humor, con más ganas y alegría. Ya no me canso tanto al subir las escaleras y me levanto del sofá con agilidad”, comenta. Llegada la menopausia, empezó a ganar peso, le subieron los niveles de colesterol y le dolía tanto la zona lumbar que moverse era un suplicio.
Hace un par de meses, decidió que era el momento de hacer ejercicio, pero no sabía cómo. El gimnasio no era opción porque no le gusta, y aunque seguía distintos videos de YouTube e Instagram, los abandonaba rápidamente porque le parecían exigentes y, lo peor, se hacía daño.
Entonces, por casualidad, encontró una platafor

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