La centenaria fábrica de BMW de Munich (Alemania) sabe bien qué significan los grandes cambios. Fundada en 1922, en unos terrenos próximos a la capital del estado federado de Baviera, sus primeros pasos fueron como fabricante de motores de aviación y, posteriormente, de motocicletas. No comenzó a producir automóviles hasta 1952, y diez años más tarde, fue la primera en ensamblar los iniciales Neue Klasse de BMW de aquella época, un punto de inflexión para la marca, que la impulsó globalmente y que cambió sus estándares como empresa.

BMW desarrolla ahora una nueva Neue Klasse, su apuesta por una estrategia de electrificación, digitalización y economía circular que no solo supondrá 40 nuevos modelos y renovaciones totalmente eléctricos y más de 10.000 millones en inversión. Supone un replan

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