En la Antigua Grecia , el sexo no era solo un acto de placer o reproducción: reflejaba poder, educación y jerarquía. Las normas sociales definían quién podía tener relaciones, con quién y bajo qué condiciones, mientras las mujeres vivían una sexualidad controlada y muchas veces invisible.

El cuerpo masculino libre, el papel activo en el sexo, la dominación simbólica sobre quienes eran considerados inferiores o pasivos, todo ello formaba parte de cómo los griegos entendían su mundo.

Por un lado, la actividad sexual masculina gozaba de amplios márgenes de libertad. Por el otro, la mujer, quedaba relegada gran parte del tiempo al oikos (el hogar) y al rol reproductivo, tenía sus fronteras muy marcadas.

En la civilización de Grecia, el sexo no era simplemente un acto privado de place

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