Con la llegada del otoño y las primeras lluvias, florece en las huertas del Generalife una de las plantas más singulares de su patrimonio: el azafrán (Crocus sativus), cuyos delicados estigmas han sido y siguen siendo uno de los productos vegetales más preciados del mundo, valorado no solo por su uso culinario, sino también por sus propiedades medicinales y cosméticas. Este cultivo, originario del extremo oriental del Mediterráneo y del sudoeste de Asia, adquirió especial relevancia en al-Ándalus a partir del siglo XI.

Coincidiendo con el periodo de floración de este año, que dura apenas diez días, el Patronato de la Alhambra y Generalife organiza visitas guiadas a la Huerta Grande del Generalife, donde los participantes podrán vivir una experiencia única en torno al cultivo, recolección

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