Por Mario Ortiz Bonilla, académico de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Central
Vivimos un proceso electoral saturado de redes sociales, pantallas, notificaciones y scroll infinito . En medio de este ruido constante, la inteligencia artificial (IA) irrumpe como una tecnología capaz de optimizar tareas y procesos , pero también de amplificar los riesgos cuando se utiliza para manipular información .
La IA generativa permite crear imágenes entre candidatos , optimizar los recursos de los equipos y revisar programas y propuestas . Sin embargo, las redes sociales son el espacio donde circulan tanto contenidos informativos como desinformativos , donde se compite por likes y seguidores , y donde los algoritmos priorizan la visibilidad por sobre la veracidad .

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