Hoy cualquier fábrica que quiera instalarse en un parque industrial debe cumplir con ciertas exigencias que van más allá de la habilitación municipal. En los últimos años, el contexto normativo fue cambiando y llevó a que el sector industrial se comprometa con medidas para mitigar su impacto en el ambiente. El proceso de radicación de nuevas plantas incluye estudios de impacto ambiental, planes de gestión de residuos, monitoreos periódicos y auditorías técnicas.

Ya no se trata solo de conseguir un lote y levantar una nave: antes de que arranque la producción, cada proyecto debe demostrar que su operación es compatible con el entorno, con los recursos hídricos disponibles y con la comunidad cercana. En esta línea, Negocios de La Capital dialogó con Claudio Belloso, titular de la consu

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