Entre los dichos populares del español, la expresión “En boca cerrada no entran moscas” es utilizada para aconsejar prudencia y discreción, sugiriendo que, en ocasiones, es mejor callar que hablar innecesariamente. Es equivalente a otros refranes como “Más vale callar que lamentar” y sigue vigente en la vida cotidiana para advertir sobre los riesgos de hablar sin pensar.

Origen histórico

El origen de este dicho se remonta al siglo XVI, durante el reinado de Carlos I de España. Se vincula a una característica física del monarca: su prognatismo mandibular , una deformación hereditaria que le obligaba a mantener la boca ligeramente entreabierta.

Según la tradición, durante una visita a la localidad de Calatayud, un lugareño, al observar la postura del rey, le habría dicho: “Cerrad l

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