Imagínate que un buen día, mientras buscabas metales preciosos con un detector de metales, te encuentras con una extraña roca rojiza . Inmediatamente piensas que puede esconder oro, así que no dudas en llevártela hasta tu casa. Después de numerosos intentos por perforarla y descubrir qué hay en su interior, te das por vencido. Se trata de una roca prácticamente invulnerable, al menos con herramientas cotidianas, como amoladoras.

Esto es que acabamos de describir es lo que le sucedió a David Hole , un australiano que solía explorar el Parque Regional de Maryborough con su equipo de detección en busca de metales precioso. Y sí, encontró la roca e intentó abrirla sin éxito. Al final resultó ser algo mucho más valioso que cualquier metal precioso: un cuerpo celeste que, probablemente, hab

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